
La llegada de los nuevos teléfonos inteligentes, las nuevas aplicaciones, la multitud de redes sociales, la inmediatez, la facilidad de contacto... trae consigo multitud de nuevas situaciones dentro de una relación de pareja, que hasta ahora no se habían dado. Es muy frecuente, que acudan a consulta personas preocupadas por su relación por malentendidos o no, relacionados con alguna aplicación del móvil. O no es común... dudas, preguntas y preocupaciones como “¿estabas conectado/a a tal hora, con quién hablabas?”, “te he escrito un mensaje y me ha salido doble tic (como que lo has leído) y no me has respondido”, “¿quién te escribe a estas horas?”, “¿por qué siempre das a “me gusta” en otras personas y a mí no?”, “¿sigues hablando con tu ex, porque siempre hace comentarios en tu perfil?”, “¿ha sido el corrector, tú no has puesto eso, entonces qué quieres decir?”...
La nueva tecnología, nos exige que modifiquemos aspectos psicológicos que antes no eran necesarios, porque las circunstancias eran distintas. Actualmente, vivimos en una estado constante de impaciencia, donde queremos respuestas ya, saber la información que nos preocupa ya, conocer todo lo que hacen los demás ya (en especial nuestra pareja),... Este estado nos hace estar en tensión la mayor parte del tiempo, además facilita que tengamos un murmullo mental interno con preguntas de preocupación, miedo, celos, que la mayoría de la veces no podremos confirmar siempre que queramos.
Otra nueva exigencia importantísima es el tema de la confianza. La confianza, en las relaciones de pareja actuales, es más difícil que antes. Y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que los medios de comunicación nos dan estadísticas afirmando que en los últimos años la infidelidad en España ha aumentado. Esto es provocado por diversos factores. Algunos de estos factores se refieren a:
• La facilidad actual para ser infieles. Tenemos contacto con quien queramos, en cualquier momento (ya no es necesario llegar a casa para llamar por el fijo o llegar al trabajo para verte con tu compañero/a), hay aplicaciones de móvil que te informan de las personas que están alrededor tuya queriendo tener una relación sexual sin compromiso, por ejemplo.
• La necesidad constante de válvulas de escape debido a las altas presiones emocionales que tenemos en la actualidad con la crisis y otros asuntos personales. La falta de técnicas de afrontamiento del estrés, falta de momentos para reducir la ansiedad, la crisis en la propia relación, la ideas utópicas de cómo debe ser él o ella, la necesidad personal de que él o ella debe apoyarnos y entendernos siempre cuando estamos mal... por ejemplo facilita la búsqueda externa, aunque, sí es cierto que nunca la provoca ni la justifica.
• El “tonteo” por mensaje que puede llevar a muchas mal interpretaciones y que a pesar, de que no se considera infidelidad, lleva a mucha desconfianza dentro de la relación.
• Al cuidado mayor de las personas que no están ahora, en el momento presente, con nosotros (es decir, cuidamos más a las personas que nos llaman o escriben) que a la persona que tenemos delante.
• Al sentimiento de soledad que ahora es mayor en cada uno de nosotros, porque aunque en esta Era tenemos más contacto con las personas, estamos carentes de contacto íntimo y auténtico.
• La falta de compromiso en la relación y el establecimiento de roles infantiles dentro de ella por algunos de los miembros o por ambos. Esto facilita que las personas no estemos involucradas de una forma adulta en el recorrido largo y de trabajo, que conlleva el tener una relación de pareja sana.
Como ves, tener una relación de pareja auténtica, de compromiso y adulta, requiere un aprendizaje por parte de ambos miembros. Es un trabajo en equipo, donde cada uno aprende a gestionar aquello que le ocurre dentro de su relación, para lograr una relación en equilibrio, con expectativas realistas y de respeto mutuo.